Cerca de 7000 espectadores disfrutaron del show en el Palau Olímpic de Badalona
J Balvin presentando "Que Bueno Volver A Verte Tour" en Badalona / Créditos: Gaby Deimeke
En la noche del martes 28 de mayo, el Palau Olímpic de Badalona se transformó en un hervidero de ritmos y colores al acoger el concierto de J Balvin, parte de su gira “Que Bueno Volver A Verte Tour”. Unas 7000 almas expectantes llenaron las gradas, anticipando una noche de música y espectáculo que no olvidarían.
Con las primeras notas de “Mi gente”, el estadio estalló en un frenesí colectivo. La energía de Balvin, palpable en cada movimiento, cada verso, encendió la chispa que mantuvo al público bailando, cantando y vibrando al unísono. “Colmillo” y “Dientes” siguieron, manteniendo alto el ímpetu, mientras que “Reggaeton” y “Loco contigo” se convirtieron en himnos coreados por gran parte de los espectadores.
El colombiano, siempre cercano a su público, se adueñó del escenario con una presencia magnética, especialmente cuando interpretó “Con altura”, una colaboración que rindió homenaje a ROSALÍA, que continuó con “Blanco” y “X”, otra colaboración junto a Nicky Jam que demostró su habilidad para hacer suyas las canciones de otros.
El cambio de vestuario del colombiano fue un espectáculo en sí mismo, emergiendo con un traje brillante que reflejaba la luz y la euforia de la multitud. “Amarillo”, “I Like It” y “Contra la pared” fueron más que canciones, fueron experiencias compartidas, momentos de conexión entre el artista y cada persona presente.
Después de esta parte del show, el artista dió paso a un medley de sus grandes éxitos a lo largo de su carrera, como “Bonita”, “Otra vez” y “Poblado” que sin duda, fue el preludio perfecto para dar paso a “Triple S” y “No me conoce”, donde cada nota parecía ser la banda sonora de una noche inolvidable.
Acercándonos a la parte final del concierto, llegó con más energía que nunca, para presentarnos sus tres últimos himnos del show: “RITMO (Bad Boys for Life)”, “Qué calor” y “In da Getto”, presentados entre dos manos gigantes que simbolizaban la grandeza de lo que estaba ocurriendo. El cuerpo de baile, en perfecta sincronía con la música, y los DJ’s animadores, mantuvieron la fiesta en su punto álgido hasta el último acorde. J Balvin, con su carisma y talento ofreció una celebración de la vida y la música que resonará en los corazones de los asistentes por mucho tiempo.